Ignacio Martín-Baró, la psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano hoy
Ignacio Martín-Baró, la psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano hoy
Introducción
La
historia del pensamiento crítico en América Latina ha estado marcada por el
choque constante entre voces emancipadoras y poderes dominantes. En este sentido,
la psicología ha sido un campo de disputa: ha servido tanto como instrumento de
domesticación y perpetuación de formas coloniales de poder como herramienta de
liberación y transformación social. Desde mediados del siglo XX, y con mayor
fuerza en las décadas de 1970 y 1980, surgió un movimiento que cuestionó
profundamente la psicología tradicional: la Psicología de la Liberación,
impulsada por figuras como Ignacio Martín-Baró. Este ensayo explora el
surgimiento de esta corriente, su crítica radical a la epistemología colonizada
y su propuesta de construir un nuevo horizonte epistémico desde los pueblos
oprimidos, articulando ciencia, praxis y emancipación.
El
pensamiento crítico como amenaza al poder
Históricamente,
el pensamiento crítico ha sido un arma poderosa de los pueblos contra las
estructuras de dominación. Sin embargo, las élites han desplegado presiones,
amenazas y estrategias de cooptación para silenciarlo o neutralizarlo. A
menudo, cuando este pensamiento reflexiona sobre sí mismo, es minimizado o
convertido en un discurso "liviano" y servil.
Esta
dinámica de domesticación busca preservar el orden hegemónico, neutralizando
cualquier cuestionamiento radical. Por ello, Morales y Muñoz (2021) sostienen
que el pensamiento crítico debe resistir no solo la represión externa, sino
también su propia banalización. Esta advertencia es crucial en América Latina,
donde la resistencia siempre ha coexistido con intentos de cooptación.
La
emergencia de un pensamiento crítico latinoamericano
En
los años 60, emergió en América Latina un pensamiento crítico que denunció la
dependencia y la colonialidad impuestas por Europa y Estados Unidos. Este
pensamiento no se limitó a la denuncia: elaboró alternativas epistémicas y
prácticas de resistencia.
En
este marco, la psicología crítica, la psicología social comunitaria y la
psicología de la liberación tejieron una alianza teórica y práctica para
cuestionar los fundamentos coloniales de la psicología dominante. Al articular
el marxismo con el pensamiento crítico latinoamericano, se configuró una
psicología orientada no solo a analizar, sino a transformar la realidad, desde
la experiencia histórica de los pueblos oprimidos.
Ignacio
Martín-Baró y la psicología de la liberación
Ignacio
Martín-Baró fue central en esta ruptura y reconstrucción. Subrayó la
historicidad de la conducta humana, el papel de las relaciones sociales y la
necesidad de que la ciencia sirviera a las mayorías populares silenciadas. Para
él, la psicología debía nacer del sufrimiento y la lucha de “los condenados de
la tierra”, articulando la búsqueda de la verdad con el desenmascaramiento de
las mentiras institucionalizadas.
Martín-Baró
distinguió entre un inconformismo normativo —que quiebra normas sin cuestionar
el sistema— y un inconformismo sistémico —que rechaza el sistema en su
conjunto—, resaltando que la psicología crítica debe impugnar las bases
estructurales de la opresión.
Su
crítica a la epistemología dominante señaló cómo el positivismo, el
individualismo, el hedonismo, la perspectiva homeostática y el ahistoricismo
naturalizan la opresión y refuerzan el statu quo capitalista. Frente a ello,
propuso una psicología del "sujeto vivo", anclada en la historicidad
y la lucha social.
La
colonialidad del saber y el desafío de la decolonización
La
crítica de Martín-Baró se inserta en una reflexión más amplia sobre la
colonialidad del saber. Desde la conquista, la modernidad europea impuso su
subjetividad, violentando culturas y saberes locales. La psicología, como
disciplina moderna, participó en este proceso, construyéndose sobre bases
eurocéntricas que invisibilizaron las experiencias de los pueblos colonizados.
Pensar
una psicología decolonial implica analizar cómo la disciplina ha contribuido a
esta colonización del pensamiento, y cómo puede abrirse a formas de
conocimiento alternativas. Sin embargo, existe el riesgo de replicar lógicas
neocoloniales si se instrumentalizan los saberes indígenas sin cuestionar la
autoridad epistémica.
Una
psicología verdaderamente decolonial debe reconocer que los pueblos originarios
han construido sus propios caminos de descolonización mucho antes de que la
academia tomara conciencia del problema. Se trata de acompañar esos procesos,
no de traducirlos o representarlos desde posiciones de poder.
Capitalismo,
subjetividad y la necesidad de una nueva civilización
La
crítica a la psicología colonizada está inseparablemente ligada a la crítica al
capitalismo como civilización. Este no es solo un sistema económico, sino un
modo de organizar la vida social y subjetiva: naturaliza la explotación,
convierte la vida en mercancía, fomenta el individualismo extremo y produce
subjetividades funcionales a la dominación.
Pensar
la liberación exige entonces pensar un nuevo orden social integral, inspirado
en la experiencia histórica de lucha de los pueblos. En este proyecto, la
psicología debe desempeñar un papel fundamental: desnaturalizar los hábitos de
sumisión, recuperar la memoria histórica, fortalecer las capacidades colectivas
y acompañar los procesos de concientización y organización popular.
Como
señalaba Martín-Baró, no se trata solo de estudiar la conducta humana, sino de
entender los procesos históricos que han generado la falta de conciencia
crítica. La psicología de la liberación busca así recuperar la dignidad y la
autonomía de los pueblos.
Conclusión
La
psicología de la liberación representa una ruptura radical con la tradición
colonial de la psicología hegemónica. Surge de la práctica social de los
pueblos en lucha, se articula con los movimientos emancipatorios y apuesta por
un nuevo horizonte civilizatorio.
Frente
a la domesticación del pensamiento crítico y la naturalización de la opresión,
esta propuesta plantea una epistemología del sujeto vivo, enraizada en la
historicidad y la praxis colectiva. Hoy, ante las nuevas formas de colonialidad
y dominación capitalista, la propuesta de Martín-Baró sigue vigente: construir
una psicología al servicio de los pueblos, una ciencia para la liberación, un
pensamiento crítico que no solo interprete el mundo, sino que contribuya
activamente a transformarlo.
Referencias:
Morales,
H. A., & Muñoz, M. A. (Comps.). (2021). Ignacio Martín-Baró, la
psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano hoy. Nueva
Editorial Universitaria - Universidad Nacional de San Luis.
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